¿En México nos reímos de la muerte?

En la cultura mexicana, el humor es una parte fundamental de nuestra identidad. Solemos hacer bromas con el lenguaje (como los famosos albures), pero también bromeamos mucho cuando nos encontramos en situaciones que nos resultan incómodas por una u otra razón. 

Quizá eso sucede con la presencia de la muerte en nuestras vidas, y es que los mexicanos hacemos de esta inevitable situación una broma, o al menos algo menos serio y solemne de lo que otros están acostumbrados. 

Los eufemismos

De entrada, tenemos nombres curiosos y divertidos para referirnos a la muerte, como son la Calaca, la Catrina, la Huesuda, la Parca, la Dientona, la Flaca, la Pálida o la Pelona; pero además de eso, usamos algunas expresiones para referirse a la muerte de alguien que también son cómicas, como "Se lo cargó el payaso", "Chupó faros" o "Se petateó" (si te gustan este tipo de expresiones, te recomendamos este texto sobre 10 divertidas formas en que los mexicanos llamamos a la muerte).

El punto es que de una u otra manera, constantemente hacemos bromas respecto a la muerte que le restan solemnidad al hecho de que en realidad se trata de una cuestión casi trágica de la existencia. 

También es importante notar que el Día de los Muertos lo utilizamos para celebrar la vida. Que en torno a la muerte, hacemos una fiesta llena de comida y seres queridos, contrario a los rituales tristes que podrían imaginarse en otras culturas. 

Quizá lo hacemos por miedo a reconocer el dolor que nos causa la muerte, o quizá simplemente es otra prueba de que sabemos ver el lado bueno de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, pero sin duda somos un país con una relación muy particular en torno a la muerte. 

Octavio Paz decía "El mexicano frecuenta a la muerte, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor permanente" y creemos que es cierto.