10 chistes sobre la independencia de México

Ya es un lugar común, pero tiene mucho de cierto, decir que los mexicanos nos reímos de todo. y cuando decimos todo, es todo, incluso de los héroes que nos dieron patria.

Basta recordar que el Loco Valdés se metió en problemas por una broma blanca sobre el héroe de la Reforma, Don Benito Juárez, y que más de un humorista ha parodiado el grito que tradicionalmente realizan los presidentes de la república la noche del 15 de septiembre.

Así, para celebrar la independencia de México, nos dimos a la tarea de buscar los mejores chistes sobre la independencia de México y sus personajes. Aquí hay un poco de todo, desde chistes blancos, hasta algunos ligeramente subidos de tono, pero nada que ofenda a nuestros queridos héroes patrios.

1. —¡Pueblo de Guangajuato! —Es Guanajuato, Don Miguel. —Gracias, Doña Josefa. Y así empezó la leyenda de "La Corregidora".

2. —Pepito ¿Quién quemó la puerta de la Alhóndiga de Granaditas? —Le juro que yo no fui maestra.

3. —Pepito ¿cuál es el grito de Dolores? —¡Auuuuuuuuh!

4. —Pepito ¿Quién dio el grito de Dolores? — Pues Dolores ¿no?

5. ¿En qué se parece un parto, a la independencia de Mexico? En que ambos comienzan con un grito de dolores

6. —Pepito, ¿Puedes nombrar 4 héroes de la Independencia? — Pues claro, José, María, Morelos y Pavón.

7. — Pepito, para festejar el día de la independencia haré chiles en nogada. —Ay mamá, mejor hazlos contenta, luego te quedan bien picosos.

8. — Pepito, a partir de hoy te voy a decir Miguel Hidalgo — ¿Por qué? — Porque siempre armas desmadre, te la pasas gritando y eres super independiente.

9. —¿Cuál era la mascota de Miguel Hidalgo? —El Camellón de Insurgentes

10. Estaba Pepito con Miguel Hidalgo y Costilla y Emiliano Zapata perdidos en el desierto. Llevaban días sin comer, y se andaban muriendo de hambre. De repente, se encontraron un burro muerto y, de inmediato, Miguel Hidalgo organizó la forma correcta de repartir al burro:

—Pues, queridos hijos, yo me apellido Costilla, entonces me toca comerme la costilla. —Yo me apellido Zapata, entonces me toca esa pata.

Los dos ven llorando a Pepito y preguntan —¿Por qué estás llorando? —Es que yo me llamo Pepito.