¿Por qué hubo un declive en el cine mexicano después de la Época de Oro?
La Época de Oro del cine mexicano es un periodo de producción cinematográfica durante los años cuarenta y cincuenta que se caracterizó por su relevancia a nivel internacional y por haber establecido algunas características de la identidad mexicana mediante sus temáticas, las formas de retratar al país y los actores y actrices que aparecieron en las películas.
En este contexto, la comedia fue un género que se cultivó especialmente, ya que el humor comenzaba a vislumbrarse como un elemento fundamental de la identidad mexicana en el cine.
Sin embargo, después de estos años de esplendor ocurrió un declive en la producción cinematográfica.
Comienzo del declive
En los años cincuenta comenzó una crisis en la producción nacional debido al fin de la guerra y la reincorporación de las películas europeas y norteamericanas a las carteleras internacionales, pues parte del éxito del cine mexicano en aquella época estaba vinculado a la ausencia de otras ofertas internacionales en los certámenes y festivales de cine.
Debido a esta competencia en el mercado de la exhibición, algunos productores de cine mexicano optaron por generar producciones más rápidas y baratas, lo cual también permeó en la calidad de lo que se ofrecía en años anteriores. Aquí comenzaron a surgir varias "fórmulas" de películas que, de tanto repetirse, terminaron por desgastarse y crear una distancia entre los espectadores que seguían al cine de la Época de Oro y los que preferían producciones más comerciales.
Viruta y CapulinaPara balancear este inminente declive, el director del Banco Nacional Cinematográfico de aquella época, Eduardo Garduño, optó por crear el Plan Garduño, en el cual se proponía crear cine que solo tuviera una mayor calidad como consecuencia de grandes inversiones en su presupuesto y con la presencia de reconocidas figuras en el medio. Esto ayudó un poco a mejorar el panorama, pero también provocó problemas en la exhibición de las películas, pues no todas alcanzaban a ser proyectadas en los cines del país.
Entre los desacuerdos y momentos difíciles que estas transformaciones sociales, políticas y económicas provocaron en el cine mexicano, solo con el paso del tiempo se pudo mejorar el panorama y diseñar un curso en la producción cinematográfica que poco a poco ha retomado su reconocimiento y valor en el público nacional e internacional.
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