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Liliana Arriaga cuenta su historia, de vender quesadillas a convertirse en La Chupitos

En esta segunda edición de ‘Entrerisas’, Liliana revela la historia y el poderoso mensaje de ‘la Chupitos’, su aclamado personaje que nace de imitar a uno de sus tíos que era alcohólico.
Publicado 5 Ago 2021 – 03:52 PM EDTActualizado 5 Ago 2021 – 03:52 PM EDT
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Una camisa rosa, un suéter beige con hoyos y parches, algunos escapularios colgando del cuello, sonrisa chimuela, cabellos despeinados y unas cuantas capas de maquillaje ayudaron a Liliana Arriaga a simular todo lo que se supone que una mujer jamás debería ser: desaliñada, sucia, borracha.

Liliana tenía sólo 23 años cuando se paró en un concurso de comediantes amateurs luciendo así, en 1995. Ella sabía que representar una problemática social tan grande y rodeada de prejuicios como el alcoholismo, haría llover las críticas. Pero también tenía claro que quien supiera ver más allá de su pelo alborotado, y escuchar más allá de su forma ‘borracha’ de hablar, descubriría a una mujer que creció sin padre y con una madre ausente; que fue cobijada por sus abuelos y que toda su infancia compartió techo con un tío alcohólico.

Un pariente suyo la inscribió a ese concurso de comedia sin preguntarle, sin saber que esa ‘travesura’ le cambiaría la vida. Ahí, en ese concurso, fue la primera vez que parodió a su tío, a quien tantas veces había visto y escuchado actuar bajo los efectos del alcohol. En ese instante supo que era momento de explotar la simpatía que todo mundo le decía que tenía y de cumplir su sueño de estar en el mundo artístico. Ahí nació ‘la Chupitos’.

Ni en sus sueños más locos Liliana imaginó que ‘la Chupitos’, un personaje que para ella siempre ha significado más que sólo una manera de satirizar a quienes le gusta beber, lograría cautivar a algunos de los más grandes comediantes de la época y le daría el primer lugar en dicha competencia organizada por Fernando Arau. Según contó Liliana en entrevista exclusiva para Distrito Comedia, ese fue uno de los momentos más felices de su vida.

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La Chupitos traduce una canción de Eminem

Radiografía de 'la Chupitos'

‘La Chupitos’ era más que una borrachita. Para Liliana, este personaje se convirtió en una oportunidad para generar conciencia sobre una enfermedad que no conoce ni edad, ni género ni condición social. Una enfermedad real que muchas personas han normalizado y otras prefieren no voltear a ver por el miedo al “qué dirán”. Entonces echó mano de la crítica social y encarnó las consecuencias físicas y psicológicas de este padecimiento, así como la marginación de la que es objeto la gente que la sufre.

"Luego le hacemos el fuchi a muchas de las personas que se ven mugrosas y no nos damos cuenta de que son personas que son parte de nuestra misma patria, que la están pasando mal y que en lugar de ayudar, seguimos pisoteando”


“Todo representa, ¿sabes? Mucha gente me ha criticado y ha dicho que quiero hacer que todos tomen, o que denigro a la mujer vistiéndome y actuando así. A esa gente siempre le pido que escuche y observe, no nada más oiga y mire” señaló la humorista, quien fue enfática al explicar que lo que ella siempre ha querido es que su personaje sea un fiel espejo de la realidad que aqueja a miles de mexicanos.

Es claro que, como comediante, el objetivo de Liliana también es que la gente se ría, pero no con risas vacías, sino con risas que siembren preguntas e inquietudes; que provoquen cuestionarnos como sociedad. Es por eso que Liliana quiere que la gente deje de ver mugre en la cara de ‘la Chupitos’ y empiece a ver los golpes que la vida le ha dado a su personaje. Quiere que en lugar de juzgar los labios rojos mal pintados y su (des)peinado, se den cuenta que así es como termina la boca y el pelo de muchas mujeres que sufren maltrato físico.

A pesar de todas las carencias que el exceso de alcohol le dejó a ‘la Chupitos’, Arriaga considera que es ahí donde se encuentra su mensaje más poderoso. “Con todo y todo, ella es feliz. Hasta a lo malo siempre le saca cosas buenas, y eso es justo lo que quiero que todos vean, que es mejor disfrutar tu día con día y reír, que estar sufriendo por las calles. Que aunque la estés pasando mal, siempre puedes tener una sonrisa por delante” dice la actriz.

No todo siempre fue color de 'Chupis'

Antes de que el mundo pudiera conocer a 'la Chupitos', Liliana, originaria de la Ciudad de México, tenía un título en Administración de Empresas Turísticas, pues aunque siempre quiso estar frente a las cámaras, su familia y algunas de las monjas que dirigían el colegio donde estudiaba cuando era niña, insistían que la carrera de actuación era para gente adinerada y con contactos.

Liliana creció en una familia que ella describe como “humilde pero muy trabajadora” por lo que, honrando el esfuerzo que ella sabía que tanto su madre —cuya ausencia se debía a su arduo trabajo como enfermera— como sus abuelos hacían por mantenerla y brindarle una educación de calidad, decidió dejar de lado la ilusión del espectáculo, y cambiarla por el turismo. Sin embargo, la comediante admitió que para graduarse fue necesario vender antojitos mexicanos de contrabando dentro de su universidad, mismos que su abuela le ayudaba a guisar. “Vendía quesadillas, gorditas, o cualquier cosa para ganar dinerito y ayudar a pagar mis estudios, hasta que un día me cacharon y cuando les dije que sin eso no podía pagarme la escuela, el director se portó muy chido y me dio chance de que, aunque había cafetería, pudiera seguir vendiendo” recordó Liliana.

Una vez graduada, la actriz consiguió su primer empleo dentro del departamento de alimentos y bebidas de un hotel en la Zona Rosa y después, trabajó en una agencia de viajes, último cargo que desempeñó antes de adentrarse al mundo de la comedia.

La felicidad de Liliana consistía en la felicidad de los demás, en hacer reír a la gente, algo que confirmaba cuando su espontaneidad y elocuencia sacaba sonrisas a más de uno de sus familiares y amigos. Pero para entonces, llegó al mundo su primer hijo, por lo que Liliana sentía que su destino estaba escrito en un post-it de oficina.

Ser madre a los 21 años de edad fue un reto para ella, pues tenía que trabajar en las noches y encargar a su hijo con otras personas. Su ajetreada vida incluso le costó su primer matrimonio.

Uno de los momentos más duros de su vida, de hecho, se dio en este contexto, cuando el dinero dejó de alcanzarle y, por primera vez, no tuvo para comprarle comida a su hijo. “Eso me partió el alma, terminé llorando y jurando que nunca me volvería a pasar”. Si para entonces Liliana ya era una mujer y madre trabajadora, después de ese día se volvió imparable. “Es muy feo no tener para comer pero nada es imposible. Somos unas guerreras, y cuando se trata de nuestros hijos siempre hallamos la manera”.

Quien es grande, nunca pasa de moda

Desde que Liliana triunfó en el concurso y logró entrar a las grandes ligas de la comedia mexicana, afirma que sus compañeros siempre la arroparon. Recuerda con mucho cariño, por ejemplo, cuando Miguel Galván pasaba por ella para ir a trabajar o cuando el Payaso Chispín la invitó a una fiesta privada y le dio la oportunidad de ganar, por primera vez, un dinero extra. Como éstas, Liliana vio un sinfín de muestras de afecto y apoyo por parte de sus compañeros, muchos de ellos a quienes hoy llama ‘compadres’ o cuyos nombres acompaña con el prefijo ‘mi querido’, como es el caso de Jorge Ortiz de Pinedo. La actriz se considera afortunada al rememorar que en sus 27 años de carrera, ha podido trabajar con todos los “másters de la comedia”, quienes se encargaron de cuidarla y guiarla durante todo su camino.

Hoy, el personaje de ‘la Chupitos’, lejos de oxidarse, sigue sacando risas incluso a usuarios en TikTok, en donde Liliana ya goza de 3.6 millones de seguidores como resultado de adaptar su narrativa para hacerse presente en las nuevas generaciones. “La verdad es que sí trato porque es actualizarse o morir. Entonces me puse las pilas y ya hasta me invitaron a una junta de tiktokeros en donde yo era la única viejita, pero ha sido una experiencia muy padre”.


Aunque Liliana admite que no hay vieja ni nueva comedia, pues ésta siempre ha existido, invita a los nuevos comediantes y standuperos a no recurrir “solo a la grosería” para hacer reír, siendo muestra de que se pueden seguir proponiendo formatos cómicos y ‘nobles’, su más reciente producción “Pinchesitas” la cual ya puedes ver en su canal de YouTube

Algo que las tablas le han enseñado a Liliana es que, no importa cuánto tiempo pase, la comedia siempre consistirá en el arte de salir a hacer reír a la gente aún cuando tú por dentro te sientas terrible. “La vida es como una paleta helada, chupes o no chupes siempre se acaba, así que hay que vivirla y disfrutarla” concluyó Liliana citando a su añorada ‘Chupi’.

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Así se ve Liliana Arriaga sin el maquillaje de la Chupitos

Para terminar, cinco cosas que no sabía de la genio detrás de 'la Chupitos'

  • Su comida favorita son los mariscos.
  • El animal que más miedo le da son las serpientes.
  • El artista que más admira y la inspira es Pedro Infante.
  • Su hobby preferido es bailar, no importa el género.
  • Sólo es alérgica a una cosa, la gente hipócrita.
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