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Gaspar Henaine "Capulina"

El origen del apodo de Capulina podría ser más oscuro de lo que creemos

Hay dos versiones sobre el origen del apodo de Capulina que se le concedió a Gaspar Henaine, una es más oscura que la otra. ¿Las conocías?
Publicado 6 Oct 2020 – 08:07 PM EDTActualizado 6 Oct 2020 – 08:07 PM EDT
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Quizá no te suene el nombre de Gaspar Henaine pero sin duda toda una época viene a tu mente cada que lees " Capulina". Esa es la magia de los apodos en el medio del espectáculo. Pasó con Chespirito, con Resortes, con Vitola y también por supuesto con Capulina y Viruta. Aunque cada apodo tiene un origen curioso digno de escribirse, el de capulina se lleva las palmas por su origen un tanto malicioso y podría ser que hasta secreto.

La gente puede creer que el apodo de Capulina se debe a la relación entre la morfología de Gaspar Henaine y algo redondo como la araña capulina o la baya conocida coloquialmente como capulín. Lamentamos decirte que esta no es la razón de que le digamos Capulina a Gaspar.

El apodo de Capulina fue un insulto en 1940. Foto: Especial.Según el actor, su apodo surgió como un insulto cuando apenas comenzaba su carrera en el grupo musical Los Trincas. Alguien en el público le dijo "¡Muévete Capulina!" comparando al actor con un perro famoso que tenía un espectáculo en la década de los 40.

“En los años 40 había una perrita bailarina, que se llamaba ‘Capulina’; entonces un día, cuando yo estaba actuando, alguien del público gritó ‘¡Muévete Capulina!’. Me dio mucho coraje, porque la gente se empezó a burlar de mí, pero el nombre se me quedó. Ahora, después de muchos años, no sé cómo agradecerle a esa persona que me gritó y me dejó tantos años de éxito” mencionó el actor muchos años más tarde en conferencia de prensa.

Sin embargo, circula una teoría que contradice la propia historia de Gaspar. De acuerdo con la leyenda urbana, sí le dijeron muévete Capulina al actor, pero no por un perro que bailaba, sino por un chiste muy negro.

Aquel chiste cuenta que un joven se encontraba realizando un acto de zoofilia con un perro en la calle. Un policía lo nota y acude a regañarlo. El muchacho mira a la autoridad y le pregunta ¿La perra es suya? a lo que el policía menciona que no.

El remate es que el joven vuelve a lo suyo y le dice a la perra "Entonces Muévete Capulina".

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