Franco Escamilla confiesa que le avergonzaba ser un comediante: "Me daba pena"
"Me daba pena ser comediante", confesó Franco Escamilla. ¿En serio? Parecía una broma (o una rutina de su stand-up) , pero el humorista lo dijo tan solemnemente que casi nos arranca una lágrima (no es cierto, ni que fuera película de Pedro Infante).
Lo cierto es que Franco se presentó recientemente en el show de Yordi Rosado, conductor quien al parecer tiene la virtud de que las celebridades le revelen sus secretos más profundos (tal vez debió ser cura o psicoanalista), y ya muy en confianza, le confesó lo impensable a su entrevistador: Se avergonzaba de que la gente supiera que era comediante (qué payaso, ¿no?).
En la misma reveladora entrevista, el humorista contó su admiración por Polo Polo (de quien puedes leer aquí el top de sus mejores chistes) y además, admitió que si no hubiera triunfado en el mundo de la comedia, le hubiera gustado ser médico militar (y no, no fue broma tampoco, lo dijo muy en serio) y no cuenta-chistes.
Según él, si un médico inspira respeto (claro, siempre y cuando no seas el Dr. Chapatín), cuando más si la carrera médica se fusiona con la disciplina castrense (y conste que no dijo "castrosa").
Además, durante la plática, el astro del humor confesó que antes de pegar en grande y ser considerado "el Rey del Stand-up" mexicano, se desempeñó como cantante semi-profesional y también como propietario de un negocio de hamburguesas.
Por si fuera poco, Franco Escamilla (o deberíamos decir "Milusos Escamilla") estudió Criminología por un tiempo antes de tener que recurrir a tomar su guitarra y subirse a cantar en los camiones para ganar algo de dinero. Y sí, fue justo ahí que el futuro humorista comenzó a incorporar rutinas cómicas entrelazadas con las canciones.
Sin embargo, fue justo en esa época cómico, mágica y camionera en la que cuando le preguntaban a qué se dedicaba, que Franco no era nada "franco" y solía mentir para no revelar que hacía comedia. El divo asegura que le apenaba la profesión y prefería decir simplemente que "cantaba en los camiones" para no entrar en detalles. Para él, los comediantes eran "músicos frustrados” y el hecho de aceptar que se dedicaba a hacer reír, lo hacia pensar que la gente lo iba a tomar "como si fuera un payasito".
En 2019, Franco Escamilla se convirtió en el primer comediante latino que se presentó en el Carnegie Hall de Nueva York y ahí, ya no le dio vergüenza, ¿verdad?