La comedia en México ha sido un tema de interés para diversos estudiosos, lo cual es muy bueno para todos los que disfrutamos de este arte, porque nos permite entender de mejor manera los motivos por los cuales nos gusta tanto reír.
Los intelectuales mexicanos y la comedia. Parte II: el cine
La comedia en México ha sido un tema de interés para diversos estudiosos, aquí hablamos del tema desde el cine.

Sobre todo en un país como México, donde el humor es una base fundamental de nuestra cultura, estudiar la comedia es una labor imprescindible. Por eso es que nos interesa reflexionar sobre qué intelectuales o pensadores han dedicado parte de sus estudios al humor mexicano, y pensamos en diversas opciones. En este segundo texto exploraremos el estudio de la comedia desde el cine.
Desde el cine
En México, el cine y la comedia están íntimamente vinculados. Muchas de las producciones que se realizan pertenecen a este género y las salas (sobre todo del circuito de exhibición comercial) están repletas de propuestas cinematográficas que buscan hacernos reír.
Entre una oferta tan amplia, queremos reconocer el trabajo de tres realizadores: Luis Estrada, Sergio Arau y Sebastián del Amo.
Luis Estrada
Quizá uno de los directores mexicanos cuya filmografía mejor combina la comedia con la crítica, muy al estilo de Jorge Ibargüengoitia, es Luis Estrada. Sus películas más conocidas en ese sentido son La ley de Herodes y El infierno, aunque también Un mundo maravilloso y La dictadura perfecta combinan la comedia mexicana con la sátira política.
Sergio Arau
Sergio Arau, además de hacer cine, es músico y formó parte del mítico grupo Botellita de Jerez. Entre sus películas destacan Un día sin mexicanos y Naco es chido. La segunda es una comedia con forma de falso documental sobre Botellita de Jerez. La historia empieza cuando unos estudiantes encuentran un supuesto disco perdido del grupo y lo llevan a una disquera que contrata a un detective para buscar a sus integrantes, pero se encuentra con que ellos están en un hospital psiquiátrico, arrestados o viviendo en la calle.
Sebastián del Amo
Sus películas buscan rescatar clásicos de nuestra historia mediante una constante: el sentido del humor. Su filmografía incluye El mundo fantástico de Juan Orol, Cantinflas y El complot mongol. En la primera, acompañamos a Juan Orol, un cineasta que en la vida real es conocido por ser quizá el peor realizador de la historia y de quien del Amo hace una interpretación libre en su cinta. En la segunda, llamada Cantinflas, vemos un homenaje a este ícono de la comedia y en El complot mongol, una aventura policiaca plagada de humor negro sobre una conspiación para asesinar a un presidente de Estados Unidos en México.