Consuelo Duval cautivó a sus seguidores con una tierna historia que demuestra que en la vida real, la actriz, comediante y conductora es diametralmente opuesta a su personaje de Federica P. Luche, ya que sus confesiones hablan de que es una mujer realmente sensible.
Consuelo Duval revela emotiva historia con su perrita en un avión
La famosa actriz reveló sus mayores miedos y cómo los superó.

La actriz cumplió un mes de vivir en Argentina y, desde su estancia bonaerense, reveló cuáles son sus más grandes miedos y cómo su perrita María la ayudó a superarlos.
Consuelo, quien vive en el piso 22 de un edificio, confesó que aunado a su miedo a las alturas, teme que lleguen extraterrestres y la rapten, sacándola a través de la ventana del rascacielos.
En la misma publicación, la actriz relató cómo enfrentó el reto de superar su miedo a la alturas viviendo en un departamento en las alturas y además, su visita a las cataratas de Iguazú, atractivo turístico extremo en la Argentina.
La actriz reveló que otro de sus miedos es volar en avión, y relató que en una de sus más recientes travesías de Argentina a México, metió a su perrita María en medio de su blusa: “Sólo le salía la cabecita, y los sobrecargos pasaban y pasaban y no se daban cuenta, hasta que una me dijo: ‘su perra, a la jaula”, lo que yo le contesté “no, sinceramente, no se va a ir a la jaula, porque le tengo miedo a los aviones y ella se va conmigo, tengo una carta que lo explica”.
La empleada de la aerolínea se molestó y llamó la comandante del vuelo, quien le dijo que su perro no podía estar ahí, “usted no está ciega para llevar un perro de ayuda”, le reclamó, lo que Consuelo le contestó: “Ustedes no tienen cultura animal, yo tengo ataques de ansiedad y con María me calmo, me encabroné y en plan señora le dije que estaba cometiendo un delito al poner en riesgo mi salud mental. Al final me pensé: ‘o me callo el hocico y acato las órdenes, o armo un escándalo”, confesó la actriz en su publicación.
Finalmente, optó por la primera opción. Sin embargo, en el viaje de regreso se salió con la suya y logró abrazar a su perrita María en el aterrizaje y el despegue. Al llegar a su casa, les confesó a sus hijos que ya no tenía miedo de volar.